Del ojo vago a la degeneración macular: motivos para visitar anualmente al oftalmólogo
Cinco enfermedades y defectos de la vista por los que visitar cada año al oftalmólogo
De la mano del Dr. Pascual Claramonte, director médico de Miranza Albacete, presentamos cinco motivos De la mano del Dr. Pascual Claramonte, director médico de Miranza Albacete, presentamos cinco motivos importantes -aunque hay muchos más- por los que debemos revisar nuestra vista acudiendo al oftalmólogo de forma periódica:
- Primera: evitar que nuestros hijos en el futuro tengan limitaciones en su vida por no haber diagnosticado y tratado a tiempo un ojo vago. Una persona que padece de ambliopía puede tener restricciones en su permiso de conducir e incluso no tener acceso a él, así como no poder presentarse a cierto de tipo de profesiones donde se precisa de una agudeza visual determinada (Fuerzas Armadas, Aviación…), entre otras limitaciones. Cualquier niño, desde el momento en que pueda colaborar con el oftalmólogo (leer dibujos en la consulta), debe realizar una revisión oftalmológica (aproximadamente a los 3-4 años, si no se le ha observado ninguna anomalía previamente).
- Segunda: De todos es conocida la progresión de ciertos tipos de ametropías (alteraciones en la refracción), en especial la miopía. Cualquier niño en edad escolar debe realizar consultas oftalmológicas periódicas, que descarten enfermedades o defectos de la vista que retrasen su aprendizaje escolar. Recordemos que las alteraciones de la refracción pueden variar con la edad, tanto para mejorar como para empeorar, por lo que si las gafas no son adecuadas la visión tampoco será óptima y el desarrollo intelectual del niño puede verse afectado. Además, un aumento brusco del astigmatismo, el único defecto refractivo que normalmente se mantiene estable desde el nacimiento, puede ser un aviso de queratocono.
- Tercera: Evitar cegueras prevenibles. El glaucoma, una enfermedad relacionada con la presión intraocular que no da ningún síntoma, puede provocar una ceguera irreversible. Esta ceguera se puede prevenir con una consulta oftalmológica realizando una comprobación de la presión intraocular de forma periódica, y de otras pruebas no invasivas.
- Cuarta: Control de enfermedades sistémicas (diabetes e hipertensión arterial). El ojo es el único lugar del organismo donde podemos observar los vasos sanguíneos directamente tras instilar una gota de un colirio dilatador. Por ello, el endocrinólogo suele solicitar un informe periódico al oftalmólogo para evaluar el desarrollo de la enfermedad, ya que la diabetes es una enfermedad que afecta directamente a los vasos sanguíneos (retinopatía diabética).
- Quinta: diagnosticar precozmente patologías asociadas al envejecimiento, como las cataratas o la degeneración macular asociada a la edad. Las primeras tienden a operarse cada vez más temprano, mientras que la DMAE, especialmente en su forma húmeda, requiere actuar a tiempo para evitar una pérdida de visión central rápida y agresiva. Actualmente, contamos con medios para tratar este tipo de DMAE de forma eficaz.
Cualquiera de estas razones son fundamentales para visitar al oftalmólogo cada año.