Enfermedades de la vista
Distrofia corneal
¿Qué es la distrofia corneal?
Las distrofias corneales son un grupo de enfermedades de la córnea consideradas raras o minoritarias y que suelen ser de carácter genético. Hay muchos tipos distintos que, generalmente, se caracterizan por afectar a ambos ojos y provocar una pérdida de transparencia de la córnea, la “ventana” del ojo. En la distrofia corneal, la córnea se vuelve opaca paulatinamente por la acumulación de material extraño (líquido, depósitos…) en una o varias de las capas que la constituyen, lo que altera su estructura y función normal.
Según la localización de la distrofia corneal, la córnea, podemos distinguir entre:
- Distrofias epiteliales: afectan a la capa exterior que recubre la córnea. Son las más frecuentes, aunque muchas veces pasan desapercibidas si no producen síntomas (habitualmente episodios recurrentes de dolor ocular).
- Distrofias estromales: se dan en la capa intermedia y más gruesa de la córnea, que ocupa un 90% de su espesor total. Son menos frecuentes.
- Distrofias endoteliales: dañan la capa más interna de la córnea, llevando a su “empañamiento” por acúmulo de líquido, con la consiguiente pérdida de visión. La más frecuente de ellas es la distrofia de Fuchs, una de las causas más frecuentes de trasplante corneal en la actualidad en el mundo occidental.
Síntomas de la distrofia corneal
Las distrofias corneales, al ser de origen genético, están presentes desde el nacimiento, pero pueden empezar a manifestarse en edades muy variables: desde la infancia hasta edades adultas (40-50 años) o avanzadas (70-80 años, como ocurre en la distrofia de Fuchs). Si aparecen en niños pequeños, pueden ocasionar ojo vago.
El síntoma más característico es la visión borrosa o, directamente, la pérdida paulatina de visión. Algunas de estas distrofias pueden estar asociadas a erosiones corneales recurrentes, causando episodios de dolor ocasional, así como fotofobia y sensación de arenilla o cuerpo extraño dentro del ojo.