Tratamientos oculares
Carboxiterapia
¿Qué es la carboxiterapia?
La carboxiterapia es un tratamiento estético no quirúrgico que consiste en introducir dióxido de carbono debajo de la piel mediante microinyecciones localizadas en la zona de tratamiento. De este modo, consigue mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos, a la vez que induce la formación de colágeno (una proteína fundamental para dar firmeza a la piel) y ayuda a eliminar toxinas acumuladas.
Esta terapia tiene aplicación en diferentes especialidades para mejorar el aspecto de la piel, además de combatir la grasa localizada, la flacidez o la celulitis. En el campo de la oftalmología estética, es una de las técnicas que utilizamos en las clínicas Miranza para el rejuvenecimiento de la mirada.
Sus resultados son naturales y progresivos, requiriéndose normalmente unas 3 sesiones iniciales en consulta para apreciar los beneficios y pudiéndose realizar un mantenimiento periódico cuando consideremos oportuno según cada caso.
Problemas que trata la carboxiterapia
La carboxiterapia aplicada en la zona del contorno de los ojos tiene como principal indicación la mejora de las ojeras de color violáceo (normalmente hereditarias), que vuelven a recuperar su coloración rosada. Además, también conseguimos revitalizar y reafirmar la zona, logrando así un efecto integral para que la mirada luzca más descansada, saludable y luminosa.
Recuperación de la carboxiterapia
La carboxiterapia es un tratamiento muy rápido (normalmente entre 5-10 minutos) y cómodo, ya que lo realizamos en consulta y no resulta doloroso (podemos aplicarte una pomada anestésica y, generalmente, los pacientes únicamente refieren un leve “hormigueo” cuando el dióxido de carbono penetra bajo la piel). Además, no es necesario que guardes reposo absoluto ni que cojas la baja laboral durante la recuperación, ya que las leves molestias que pueden quedar después de cada sesión desaparecen en unas horas.
Te recomendamos no aplicarte cremas o masajes en la zona durante 1 o 2 días y evitar lavarte la cara o ducharte con agua muy caliente, así como usar saunas o jacuzzis por su efecto vasodilatador. Por otro lado, es conveniente que te protejas del sol y que bebas mucha agua durante los días siguientes para favorecer el proceso de drenaje de los tejidos y mejorar los resultados del tratamiento.
Los efectos los notarás a partir de la primera semana e irán acumulándose hasta completar el bloque de sesiones programadas, con un descanso de quince días, aproximadamente, entre ellas.